Anecdotario de la 5ta Palermo Valley Night

La siguiente es una narración breve y subjetiva de como viví esta 5ta edición de Palermo Valley, un poco para recordarla y un poco para dejar entrever a los que recién llegan a la comunidad de qué se tratan estos eventos. Si alguien más quiere compartir su experiencia, sea buena o sea mala, que nos la haga llegar al mail quieroayudar@palermovalley.com

Llegué a la PVN5 a las 19.30 hs en punto, por lo que al subir al primer piso no habría mas de 20 personas esperando, dispersas entre sillones, rincones y la barra. Un paneo general me alcanzó para ver dos caras conocidas de otras ediciones de PV, y me acerqué a saludarlos. Resulto ser que uno de ellos habia cambiado de empresa y el otro estaba en proceso de hacerlo, pero ya con 3 clientes propios de consultoría. Al rato, se acercaron dos representantes de una startup local, xmensaje.com, a comentar las vicisitudes de una inversión frustrada en su empresa y de una posible adquisición futura. Nos contaron sus costos fijos mensuales y compartimos algunas ideas.
 
Oyendo nuestra conversación al pasar, Ana, una emprendedora de 65 años, se interesó en el tema y nos comentó acerca de su sitio dedicado a los contenidos científico-sociales con 10 años de trayectoria y una audiencia más que respetable. Buscaba alguien que la ayudara a darle más vida a su web, genaltruista.com. En eso aparecen Danilo y Guido, hermanos y dueños de GFDD Group, una empresa de desarrollo y diseño web. Presentaciones y más charlas mediante, Ana decide que había encontrado lo que había venido a buscar y los chicos se quedan con un cliente para empezar a trabajar.
 
Hora de tomar una cerveza; la concurrencia ahora desbordaba el lugar (eran 400? parecían más). Me acerque a la barra y allí me cruce con Patrick y Francis, del diario La Nación, mojito y caipiriña en mano respectivamente. Más allá estaba la gente de jazzeando.com.ar, preocupada porque no tenia el material para proyectar su elevator pitch y luego me crucé con la gente de Wallaby, que probadas tienen sus capacidades de posicionar productos en internet y de jugar a la wii. Todo eso, y todavía no había pedido mi primer cerveza.
 
Ya botella en mano, me crucé con varios facilitadores, como Pablo, Alexis o Rodo. Había preocupación por la instalación del proyector y audio para realizar los elevator pitches. El tema estaba complicado porque el audio podía salir de un lugar medio piso más abajo y el proyector se podía utilizar, pero controlandolo desde una sala diferente, lo cual complicaba la logística. El resultado no fue el mejor, por lo que un par de presentaciones bastaron para que se optara por cancelar hasta la próxima con mejor infraestructura y en un ambiente más adecuado.
 
Entre tanto, me crucé con un policia uniformado y pensé: o alguien nos mandó seguridad o vamos todos en cana, pero al parecer había habido un altercado horas antes en la puerta del local y solo era una visita de rutina. Pero vi varias caras asustadas, entre ellas la gente de Sonico, Wixi y un grupo de chicas que habían llegado por una invitación en Facebook. Juan Pablo L. asomaba más alla de la puerta de entrada, pero descarté que fuera responsable de tal descalabro.
 
Mientras los primeros y cuasi únicos expositores preparaban su presentacion de sumavisos.com, se les acercaron dos jóvenes inversores en busca de proyectos rentables donde poner sus esperanzas y dinero. Allí se formo un buen grupo de discusión, con preguntas afiladas y respuestas seguras, demostraciones de producto, críticas y sugerencias. En eso se me acerca Gonzalo, representante del gobierno de la ciudad muy interesado en la vida de la comunidad de Palermo Valley y con interesantes propuestas para conversar a futuro. Nos interrumpe un presentador desesperado porque había perdido su presentación  y no podía acceder al Wifi del local. Le sugerimos que lo hicera sólo con el microfono pero no se animó, ni con la insistencia de un colega que le decía que era mejor al menos hablarle a 250 personas que no presentar nada, pero no se convenció. No importa, ya habrá otra oportunidad.
 
En eso me cruzo con Bernardo, dueño de una lista muy conocida en los Estados Unidos, que me confunde, siempre y no se por qué, con Ismael. Lo acompaña un tal Daniel, dueño de una página dedicada al tango e interesado en probar en su sitio el software de comunidad que ofrece mi empresa zeppia.com. Intercambio de tarjetas mediante, quedamos en seguir hablando.
 
Ya medio cansado y promediando las 10.30 pm enfile nuevamente para la barra y me crucé por casualidad con Eduardo, un representante de Fundes, una ONG dedicada al desarrollo sustentable de las empresas y nos quedamos conversando y delirando, con el y con Danilo, acerca de las posibilidades de generar beneficios con la distribucion de productos de video gratuitos, a raíz de una telenovela para la web con Natalia Oreiro producida por DMG. Al rato se sumo a la charla un cordobes que habia venido con una comitiva muy nutrida para presentar su proyecto de voz sobre IP y con sedes en Cordoba, Argentina, y Valencia, España. La noche terminaba interesante y bien tecnológica.
 
11.15 enfilé finalmente hacia la salida, saludando pequeños grupos que habian quedado y donde escuché que en todos se hablaban temas de producto, inversión, contactos y posibilidades de negocios. La sensación fue buena, como de tarea cumplida. Los altercados quedaban atrás, las cosas que hubiera hecho diferentes asomaban por la mente y la idea de mejorarlas para la próxima me dejaban tranquilo.