Cumplimos 2 años!
El dia de ayer, 21 de Febrero de 2010, la Comunidad Palermo Valley cumplio sus primeros 2 años de vida.
El post y resumen de estos dos años a cargo de Juan Melano en su Blog Personal:
“…El 21 de febrero de 2008, dos años atrás, nació Palermo Valley, un movimiento que aún hoy es dificil de describir por la riqueza y variedad de su naturaleza. Es una idea. Es un evento. Es un grupo de gente. Es una zona geográfica. Sea lo que sea, ese primer evento tuvo la virtud de que, como industria de internet, tomáramos conciencia de grupo. Y esa conciencia de grupo ha ayudado a posicionar cada día más a Buenos Aires como un polo de desarrollo donde, a base de talento, es posible dejar una huella a nivel mundial en la innovación y desarrollo de productos de internet.
Como decía, Palermo Valley nació, de manera espontánea, como un evento. Y desde el comienzo, la misión de organizar un evento en el que la cantidad de asistentes se duplicaba con cada edición, resultó una tarea sencilla pero maratónica. Creo que es un ejemplo acabado de cómo el accionar en grupo puede producir efectos inesperados.
Después de dos años dentro de la organización general, puedo afirmar que, a pesar de que no teníamos dinero, sobraban la ganas, el ingenio y la capacidad para convertir situaciones imposibles en oportunidades concretas. Y así, edición tras edición, conseguimos que los eventos se hicieran a pesar de los pesares, de la inexperiencia y de los imprevistos.
El recuerdo que mejor describe estos fue la compra a último minuto, gracias a un sponsor de último momento, de 700 latas de cerveza en el supermercado para repartir en el Planetario. Todo porque el otro sponsor que aportaba las bebidas no había pagado el depósito donde estaban almacenadas sus cervezas y el encargado se negó a entregarlas. Cosas que pasan.
Como todo evento, lo más rico fue siempre el contacto cara a cara con interlocutores que de otro modo no eran más que un nombre en la pantalla. Tanto el networking durante el evento como las multitudinarias cenas posteriores fueron y serán siempre el verdadero caudal de valor de PV.
Pero los eventos pronto demostraron ser sólo una parte del todo. Pronto comenzó a crecer el movimiento, ya no se hacía en Buenos Aires sino que varias ciudades del país comenzaron con la inquietud de replicar el concepto. Lo mismo desde afuera, de inmediato México estaba fundando el Tequila Valley y lo mismo sucedía en Perú, Uruguay, y varios paises más. Hoy hay 13 ciudades argentinas y 6 países con una edición propia de su valley. La pregunta de entonces era: ¿cómo se organiza esto? La desición que se tomó fue muy acertada: no intentar centralizar ni controlar las ediciones locales desde Buenos Aires. Se les dio total libertad de actuar en función de sus necesidades puntuales y su comunidad particular, pero se le brindó a cada una el apoyo incondicional de nuestra parte para el puntapié inicial, con un seguimiento de cerca que continúa hasta el día de hoy, dando una mano en lo que se puede.
Las Palermo Valley Nights, con convocatorias de hasta 600 personas, estaban muy enfocadas en el networking. Pronto comenzó a aparecer la necesidad de crear un espacio diferente, más reflexivo y con especial foco en los contenidos. Así nacieron los “Desayunos” de Palermo Valley, reuniones breves y acotadas que bien por la mañana o por la tarde ayudaron a que nos sentaramos frente a especialistas de la industria a los que de otra manera hubiera sido muy dificil tener acceso.
De forma paralela y casi desde el comienzo, hubo una tendencia interesante, creo provocada por la cantidad de gente que de una manera se veía vinculada a Palermo Valley: empresas, organizaciones y gobierno comenzaron a acercarse, cada uno con su agenda y sus intereses. El punto en común que tenía todas era aprovechar el atractivo que significa tanta gente de un sector tan específico y de tal relevancia como la industria estratégica que orbita en torno a las actividades de PV. Y este tema la verdad que merece un párrafo aparte que enfoco desde una perspectiva muy personal.
A grandes rasgos hay dos maneras de tratar una situación donde un tercero se acerca a la organización para intentar llegar a la comunidad: poniendo el foco principal en la organización o pensando en la comunidad. Y ese es otro de los puntos que definió en estos dos años a PV: pensar siempre primero en la comunidad.
Las dos tienen puntos en común, lo diferente es el fin que se quiere alcanzar. En común tienen esto: hacer números, calcular que con tantos sponsors se junta tanto dinero, que haciendo tal convenido se consigue tal beneficio del gobierno y que con tal alianza se aprovecha la sinergia del trabajo conjunto con otras organizaciones.
Con el foco puesto en la “organización”, el valor esta en hacer esto para magnificar el volumen del negocio con un rédito económico que retorne a los organizadores. Una empresa en otras palabras. No es un modelo malo y la mayoría de las conferencias y convenciones funcionan así: hay una empresa que las maneja y saca un beneficio económico que alimenta los bolsillos de sus organizadores. Techcrunch50, FOWA, y muchas más funcionan así y esta bien que así sea.
Pero tener el foco puesto en la comunidad creo que representa una visión más global y magnánima si se quiere. Todo se hace para magnificar el potencial de la comunidad con un rédito directo para la industria. Porque creciendo como industria nos beneficiamos todos y no solo 5 personas. Y ese es el valor fundamental de Palermo Valley.
Los organizadores son voluntarios que no cobran por su tiempo, los ingresos por sponsors se orientan directamente al desarrollo de actividades y las alianzas se piensan directamente en la calidad y beneficio que pueden representar para la comunidad. Por eso es tan difícil pero a la vez tan gratificante ser facilitador.
El rol del facilitador amerita un párrafo o dos. El nombre no es casual. A diferencia del organizador, el facilitador ayuda a que las cosas pasen, pero sin ser el centro. Alguien tiene que mover el engranaje, pero quizá por esa filosofía inicial o el concepto de que PV es de todos, el rol de facilitador surgió como respuesta natural a la espontaneidad de los primeros encuentros. Se trata de dar una mano en lo que haga falta, tomar decisiones, integrar a la gente, servir de puente y conector.
En dos años deben haber pasado más de 20 personas por el equipo organizador de Palermo Valley. Todos, creo yo, dejaron su huella y un aporte de valor inmenso. Más de 6 comisiones dedicada a temas específicos con cerca de 50 voluntarios en total ayudando en temas concretos de cada comisión. Eso es mucha gente y mucho tiempo invertido. Organizar un evento, un desayuno, conseguir oradores de talla internacional y que todo sea gratis y esté medianamente bien organizado es muy dificil, lleva mucho tiempo y agota a cualquiera.
De ahi que termine habiendo tanta rotación dentro de un equipo de trabajo que, sólo en reuniones generales de organización, invierten en conjunto más de 60 horas mensuales, sin contar las actividades concretas que se derivan de cada reunión. Pero se puede y se sigue haciendo, este año con más proyectos que nunca.
El tema de la rotación es otro tema importante y sobre el cual tengo otra opinión personal tajante. La movilidad es buena, el recambio es bueno, no sólo para el que organiza sino para el movimiento. Es bueno que alguien permanezca desde el principio porque tiene la visión integradora. Es bueno que ingrese alguien nuevo porque tiene la visión superadora. Y así se va pasando la posta, los nuevos son viejos apenas pasan por la agonía de organizar un evento o de reunirse 3 veces a la semana con universidades, empresas o secretarías.
De no ser por el recambio, la comunicación no sería lo que es, la organización no sería lo que es, la profesionalización no sería lo que es. Por más que haya áreas donde mejorar, que las hay, doy fe que cada día se hacen mejor las cosas. Creo que incluso llegará el día en que el sonido durante el evento sea bueno. Ni comprando megáfonos sale bien, pero todo llega, ya van a ver.
Pero siguiendo con este tema, hay un concepto más. Que alguien ya no forme parte del grupo de facilitadores no significa que no este en contacto con el grupo ni que pueda hacer su aporte concreto desde afuera. Y creo que es otro de los procesos a aceitar y que no se percibe bien de afuera. La organización no es un grupo cerrado, es permeable, es abierta. Es lógico que no sean 70 personas facilitadoras en el nucleo de la organización, porque es imposible tomar una decisión. Bastante difícil es ya con 10. No sentarse en esa mesa no implica que las puertas para acercarse y los canales de diálogo estén cerrados.
Si alguien tiene una propuesta que se acerque, lo peor que puede pasar es que no sea tomada en cuenta, pero eso no será por capricho o desinterés. Será en vistas de que sea relevante y de provecho para la comunidad y que pueda ser priorizada dentro de las actividades.
Mi preocupación dentro del grupo fue siempre la de mantener el camino fiel a los principios originales: que Palermo Valley sea un concepto, de todos y para todos. En eso se fueron muchas metáforas interesantes y muchos palos en las ruedas que entorpecieron el camino, pero de todo se aprende. Primero desde prensa y comunicación, después desde eventos, website y finalmente desde la irreverente “comisión juan”, intenté aportar ideas y proyectos que ayudaran a perfeccionar el concepto y dispararlo en direcciones que apuntaran al crecimiento de la industria. Y fue muy interesante mientras duró.
Como se habrá visto este es un post personal. Desde enero entregué mi testimonio y ya no formaré parte de las reuniones de organización mensuales. Tengo evidencia de que eso repercutirá positivamente en la extensión de las mismas, la última reunión duró sólo 4 horas. Aunque continúo relacionado con algunos proyectos que pronto verán la luz, así que no está todo dicho todavia.
Solo resta decir que el equipo humano es único y de todos he aprendido más de la industria y del trabajo en equipo que en mis 14 años de trayectoria profesional en torno a internet. Gracias por dejarme ser parte.”
Gracias JUAN! y Feliz cumpleaños para Todos!
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